lunes, 1 de agosto de 2011

R. Schumann: Arabesca Op. 18

  • R. Schumann (Zwickau (Sajonia) 1810 – Endenich (cerca de Bonn 1856).
  • Schumann es el prototipo del músico romántico por excelencia; es un poeta que se expresa por medio de los sonidos (es la misma poesía la que se hace música). Su primera vocación fue la literatura y es imposible llegar a entender su obra musical y especialmente su obra pianística, sin el conocimiento de las fuentes literarias y poéticas (H. Heine (1797-1856), F. Rückert (1788-1866), E. Hoffmann (1776-1822), J. von Eichendorff (1788-1857), A. von Chamizo (1781-1838), Novalis (1772-1801).
  • Su primer impulso hacia la música le lleva no hacia la creación, sino hacia la interpretación. Sueño destruido, después de una insensata iniciativa que le llevó a paralizar su cuarto dedo de la mano derecha.
  • La producción pianística de Schumann se divide en dos mitades de muy desigual importancia: de una parte desde la Op. 1 a la 23, 26, 28 y 32, que cubren la década dedicada exclusivamente al piano, de otra, obras mucho más raras y esparcidas, que desarrolla discretamente en la segunda parte de su carrera.
  • A partir de 1848, la creación pianística de Schumann se hace más continua y con una mirada hacia los años felices. (Escenas del Bosque Op. 82, Piezas de Fantasía Op. 111, Álbum de la Juventud Op. 68, y Tres Sonatas para la Juventud Op. 118, Cantos del Alba Op. 133).
  • La mayor parte de los ciclos pianísticos de Schumann pueden reducirse a sucesiones de formas ternarias (scherzo – trío) o de rondós (estrofas – estribillos). El pensamiento polifónico es en él un fenómeno espontáneo, hasta tal punto que él decía que ninguna idea melódica le venía al espíritu sino iba vestida de un tejido contrapuntístico complejo, del que tenía que despojarla primero. Raramente utiliza en su escritura instrumental los registros extremos del piano.
  • Schumann se identificó con dos figuras imaginarias, el enérgico Florestán y el poético Eusebius, nombres con los que firmaba sus artículos.
  • Una de las paradojas de la música de Schumann: su cuarteto y su orquesta traicionan un pensamiento esencialmente pianístico y sin embargo no podrían reducirse al piano, mientras que su piano es una admirable orquesta inorquestable.
  • Arabesca Op. 18:
      • Compuesta en 1838, compás de 2/4, tonalidad de Do M.
      • La indicación de movimiento: Leicht und zart (ligero y tierno), define maravillosamente el carácter del elemento del estribillo en Do M.
      • Dos estrofas contrastantes, la primera en Mi m con una escritura de un cuarteto de cuerda, después una transición que nos lleva al estribillo. La segunda estrofa en La m con el pequeño mordente del estribillo, con enérgicos y pesados ritmos de marcha. Después última aparición del estribillo, para dar paso al epílogo: Zum Schluss (para acabar).
  • Intérprete de la grabación: Wilhelm Kempff (Alemania 1895 – Italia 1991), piano.

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